Los Indios Oportunistas

Sergio Daniel Gonzalez

El indio oportunista
Es necesario expresar lo que siento, lo que he observado y vivido desde mi cotidiana experiencia en la causa indígena. Si opto por el silencio y no saco a la luz este lado oscuro de muchos hermanos indígenas me transformaría en cómplice de sus malas actitudes, esta es una decisión dura pero necesaria en oposición a la de varios hermanos que creyendo que callar y ocultar lo que saben de estos malos indios oportunistas, creen proteger la imagen del pueblo indígena, colaborando con su silencio a la fantasía del “indio solidario”, del “indio amor y paz”. Nadie o casi nadie se atreve a hablar sobre esto, creo que es un gran error, pues lo dije varias veces hay que sacar las manzanas podridas del cajón.
Muy lejos del ideal del indio honesto y solidario, hermanado con sus pares, el oportunismo, actitud que NO es ajena a muchos hermanos indígenas, es una realidad que desprestigia a todo ser humano y peor cuando se dice ser la “reserva moral de la sociedad”
Son muchos los indígenas que saben y han aprendido muy bien cómo hacer uso de esta mala actitud.
El indio oportunista disimula o esconde su modo de ser y está atento a todas las circunstancias sociales, económicas y hasta políticas para actuar en el momento justo y lograr, de esa manera sus objetivos, objetivos que para nada son comunitarios o solidarios con sus pares, sino que sus movimientos se encuadran dentro de lo individual personal y sobre todo egoísta, procurando no alertar a ningún otro hermano indígena que pueda competir con él, con sumo cuidado hará todo lo posible para no alertar a los hermanos indígenas que puedan frenarlo por las buenas o por las malas en sus acciones.
El indio oportunista es muy inteligente y a la vez descarado, actúa solo para aprovechar la oportunidad, buscando asquerosamente sus beneficios personales económicos y acomodarse a las circunstancias obteniendo provecho de ellas, por supuesto, actuando incluso en contra de sus propios principios. El ama swa, ama qella y ama llulla son solo fantasías místicas, que agita sobre todo el indio oportunista como bandera.
El oportunismo en el indígena es una enfermedad putrefacta y una mala habilidad adquirida conscientemente para equilibrar su baja autoestima, necesidad de sobresalir ante la sociedad y enriquecer su bolsillo a como dé lugar. Se nutre de esta actitud que sabe disimularla muy bien encubriéndose como el defensor o líder de un pueblo indígena fantasma y asume muchas veces representatividad que no la posee; el indio oportunista no se queda anclado en un solo sitio pues eso significaría su perdición, sino que se desplaza a grandes distancias, tomando ventaja, para estar presente en encuentros, asambleas, charlas, reuniones, tertulias, mítines, donde sus hermanos indios no podrán asistir. Y es allí, en esos lugares que se presentará como referente de un pueblo y buscará gestionar de alguna manera ayuda económica, material, apoyo a proyectos individuales encubiertos como comunitarios, será el referente sin autorización y otras cosas asquerosas más. El indio oportunista jamás socializará sus “encuentros” con la comunidad, lo adquirido es de él para él.
Esta habilidad no se la consigue así nomás de un día para el otro, sino que requiere astucia e inteligencia que se logrará con años de preparación intelectual occidental. Algunos de estos malos indios llegaron a ser profesionales y hasta han publicado libros.
Al indio oportunista no le importa ideologías y menos la ideología del hombre andino, del indio; aprovecha todas estas ideologías para mostrarse servil, ser visible y reconocido. La derecha o la izquierda, cualquiera de las dos ideologías, mientras le den redito serán sus sustentos, un día aparecerá parado, arrimado a los oligarcas opresores de su pueblo haciendo una Pachamama y al otro día podrá estar detrás de algún líder de izquierda kishnerista en el palco de algún acto político público levantando su brazo haciendo con sus dedos la v de la victoria o aparecerá también en Bolivia apoyando al socialismo de Evo Morales. Así es el indio que carece de ideología, que carece de ética y compromiso es un muñeco consiente usa por los occidentales a cambio de sus pretensiones.
Buenos Aires y Europa son lugares que el indio oportunista debe conocer muy bien, es fundamental para su supervivencia tener los contactos ideales de la metrópolis que lo ayudarán en su afán de superación. Algunos indios oportunistas usarán el “pachamamismo” como instrumento atractivo de sus giras y viajes por el mundo disfrazándose de cultura ancestral balbuceando algún quechua mal hablado haciendo ceremonias y dando conferencias de su pueblo imaginario al cual usa. Muchos de los que subvencionan, apoyan y colaboran con estos hermanos lo hacen desde el paternalismo desconociendo las verdaderas intenciones y la historia negra de estos indios.
En muchas ocasiones las políticas públicas que ofrece el gobierno de turno para las Comunidades indígenas son de puro asistencialismo, asistencialismo que el indio oportunista sabrá también usar y se mostrará como el salvador en la comunidad, pero transando con los políticos hijos del poder. Si la Comunidad sufre de hambre no le interesará y si tiene que sacar a los ancianos a los actos políticos para hacer bulto lo hará sin dudar a cambio de unas monedas; así, como apoya a los políticos también puede llegar a manifestarse en contra de ellos para de alguna manera, apretarlos a y volverá a usar a los ancianos para protestar y dar lastima.
Los conflictos extremos, cortes de ruta o manifestaciones son lugares y momentos estratégicos para desenvolver sus habilidades ambivalentes, apoyará la lucha indígena con mucho disimulo, pero en el momento de mayor tensión desaparecerá por arte de magia sin importarle la represión o que “caguen a palos” a sus hermanos, si es posible sacará su carnet de indio referente para evitar que lo detenga la policía e incluso llegará a acusar a sus propios hermanos de revoltosos.
Otra forma de actuar es la de mostrar una gran “solidaridad” ante sus hermanos reprimidos y se adelantará, en nombre de alguna institución indígena, a presentar notas de repudio a los organismos culpables de la represión, acción frecuente para encabezar, ante los medios de comunicación, el liderazgo que no posee; el interés desmedido por protagonismo de ser lo que no es a costa de sus hermanos indígenas molidos a palos lo ciegan. Pretende ser la noticia del día, la tapa del diario.
Asesor, apoderado, secretario o buchón serán sus funciones, no medirá quien es su enemigo si es occidental o indio le da igual, el egoísmo reina en su conducta asquerosa. Hábil en las estrategias para desprestigiar a los indios que pueden hacerle sombra, mensajes de texto por celular, el boca a boca, fecebook falsos, entre otras estrategias son las más usuales al momento de actuar; pero lo malo, no serían sus malditas estrategias de desprestigio hacia el otro hermano, sino que sus falsedades son creídas como verdad por muchos indios que caen en la trampa y terminan siendo sus serviles lacayos y los perros que bailan detrás de él moviendo el rabo.
Algunos indios oportunistas crean, inventan comunidad, elaboran sus estatutos con sumo cuidado, estableciendo, muy claro, que serán presidentes de la comunidad eternamente; apoyados por algún político padrino, de izquierda o derecha, conseguirá subsidios que dará a su comunidad ficticia conformada, sobre todo, de familiares, amigos y algunos incautos necesitados (indios por necesidad).
Conocer los derechos internacionales de los Pueblos Indígenas es importante para el indio oportunista pues será una de las herramientas que con estrategia sabrá usar de la forma que les convenga a sus pretensiones. Sabe negociar con promotores de turismo, con arqueólogos y antropólogos. Logra convencer con argucias a muchos hermanos que usara a cambio de promesas mentirosas. Si tiene que para alguna obra lo hará, justificando su decisión apoyado en las leyes y derechos indígenas, buscará acordar el reedito personal económico y no el beneficio comunal, una vez logrado el negocio la obra continuará.
Cuando los pobres indios usados advierten la realidad, muchas veces, ya es tarde, el indio oportunista, su asesor o cacique habrá partido muy lejos habrá desaparecido y las heridas tendrán que curarse solas con el tiempo.
La lacra ha llegado a machar la buena fe y lucha de muchos hermanos indígenas que sin redito económico, sin palanganear sus logros y las inversiones que hicieron en pos de la lucha indígena se brindan día a día anónimamente para liberar a su Pueblo. La lucha se ha multiplicado no solo habrá que pelear contra el opresor occidental sino también contra el indio podrido por sobresalir.
“El que acusa el golpe se muestra en evidencia”

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