PODER CASERÍA, MEDIOS y MIEDO.

Sergio Daniel Gonzalez

La histórica situación de dominación no ha cambiado desde la colonia. Cotidianamente vemos, en diferentes situaciones, como el criollaje, a través de los que ostentan el poder político, económico y militar, subestiman, mienten, humillan y sobrepasan los derechos constitucionales y naturales de las Comunidades indígenas, persiguen y asesinan a los que se atreven a reclamar y se revelan ante las injustas acciones de violencia organizada institucional que van en detrimento del bienestar y de la dignidad como hombres.
La lucha por la posesión de la tierra no ha terminado. Los indios rebeldes no olvidan y reclaman lo que les pertenece y los medios de comunicación poderosos juegan un rol importante, al igual que el poder de turno, justifican los asesinatos de los ahora “terroristas indios”. Será, este nuevo mote, el justificativo para matar o seguir matando indios.
Desde lejos sin querer ver, otros indios sumisos, con cargos comprados observan la cacería y ni se expiden repudiando el atropello por miedo a sus patrones, tendrá que llegar la sangre al río para que reaccionen. Algunos llegan a creer que en verdad sus hermanos son terroristas.
El poder crea y sustenta estos medios de comunicación que son propios y los financian con sus pautas publicitarias oficiales por el simple hecho que estos medios fabrican la “verdad” sobre la mentira para lavar cerebros.
Desde Buenos Aires los medios de comunicación dominan y manejan los pensamientos de todo el país, En las alturas de Humahuaca – Mina el Aguilar las voces de Jorge Lanata lava los cerebros de los Kollas mineros. Los medios locales y provinciales replican las “verdades” por orden y mandato superior. Medios de comunicación que ponen al aire las voces de sicarios en cultura india y en derecho indio. Medios de comunicación que tienen un sentido ideológico de ser y estar donde están. Son los que inyectan la verdad colonial, los que contagian la enfermedad de la “argentinidad racista”. Son estos medios los misiles que destruyen la libertad de expresión y pretenden unificar en un solo pensamiento y en una sola verdad su aasquerosa verdad, la de ellos y nada más. No es difícil darse cuenta. Pero lamentablemente para el provinciano y para muchos hermanos de las comunidades indigenas estos personajes periodísticos que desparraman sus ideales derechistas y xenófobos a través de la televisión, las radios, los medios gráficos, son la voz autorizada de la única verdad. Lo que se ignora es el modus operandi, mienten a propósito, tergiversan la información y la adecuan a sus intereses, a sus pensamientos y por todo ello cobran muy bien y se enriquecen. Mercenarios de la comunicación. Lanata, longobardi, Majul, Leucos, Feiman, Del Moro, Fantino, Paluch, Legrand, Gimenes, etc, entre otras basuras. Los medios de Comunicación forman parte de las nuevas armas de dominación y colonización, eso está claro.
Por otro lado los “medio de comunicación indios” no existen prácticamente y si los hay son débiles ideológicamente, solo transmiten entretenimiento y música comercial a unos pocos km a la redonda con eso no es posible llegar ni generar un pensamiento crítico en los oyentes, muchos de estos medios de comunicación indígena fueron lo que surgieron y se entregaron con gran fiesta en el anterior gobierno (kirchnerista), justificando así, una igualdad de derechos en la libertad de expresión con los indios. Los indios como siempre recibieron contentos y conformes los nuevos juguetes de muy baja calidad y potencia.
Son los medios de Comunicación las nuevas armas que los indios deben conocer en profudidad y apropiarse, para enfrentar y emparejar esta guerra mediática y aquí es donde se debe poner mucha atención, los indios deben generar sus propios medios, radios y televisoras rebeldes,con ellas trazar acciones que irán contrarrestando y venciendo la mentira organizada. Los indios no deben esperar a que vengan estos medios como regalo, sino con gran sacrificio crear los propios y con la mejor tecnología posible. Los indios no son pobres pueden hacerlo y con ello pueden cumplirse dos objetivos, concientizar y despertar conciencias en los demás y generar un capital para autosustentarse.
A pesar de que ellos,los opresores, hagan creer a la sociedad y a las comunidades indigenas de sus enfrentamientos y peleas, los une una gran hermandad casi religiosa, sin importar el partido político al que pertenezcan, unidos y hermanados por lo bajo organizan la violencia contra los oprimidos, planifican como dominar a los indios, como dividir a los indios, y sobre todo como seguir sustentándose en el poder, traspasándose los mandos políticos de padres a hijos, de esposos a esposas, de padrinos a ahijados, así de generación en generación. En lo económico, son socios en el robo al pueblo, dueños de las grandes empresas, shoppings, hoteles, imprentas, y multimedios de comunicación, mientras tanto los indios domesticados, trabajan sudando en las contiendas electorales, tocando el bombo, pegando carteles, llenan las urnas y luego cuando gana el patrón y creían que ya eran aceptados en la organización política criolla los descartan y allí tienen que volver a chupar las medias sucias o ser tirasacos. Algunos logran un puestito pero siempre de servidumbre. Así pervive humillado y denigrado, vilipendiado el pobre indio, el pobre kolla intentando ser un ser digno.
Para ser dignos de verdad el hombre de la tierra debe proyectase economicamente y políticamente apoyando a otros líderes revolucionarios que sientan y quieran volver a ser libres y escupir a los traicioneros. El indio no es un perro, el indio no debe ser el que ande mendigando en los comités y en las sedes de los partidos tradicionales, si realmente quiere cambiar el destino de su vida y la de los hijos de sus hijos debe perder el miedo y darle la espalada al criollaje centenariamente opresor y votar por un partido Indio, crear sus propios medios de comunicación, un indio solo así, será libre y recuperará el poder hoy.

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